El «qué» está muy bien, pero el «cómo» es casi mejor. Las sesiones son muy interesantes, pero es que además son amenas, divertidas, dinámicas… y provocan un subidón de energía. En OW son profesionales de verdad, saben de lo que hablan y cómo lo han de hablar.
El ciclo nos ayuda a ser dueños de nuestras propias acciones, conocer que impacto tendrán y por lo tanto reorientarlas en función del resultado deseado. Pero lo más importante, nos ayuda a conocer y controlar el impacto de nuestras decisiones sobre los demás colaboradores.